La idea de pasar el invierno en costas soleadas entre los trópicos resulta agradable pero falsa. Queremos que el árbol de la vida tenga flores durante todo el año. Pero también en los trópicos a los árboles se les caen las hojas. La noche del invierno no nos resulta menos necesaria que la noche del día. También por lo que respecta al corazón tenemos que prestar atención a la marea alta y a la marea baja. Quien sólo quiere tener marea alta se expone a la rotura del dique. No podemos estar siempre exentos de dolores, no podemos estar sin sombra, tenemos que aceptar la melancolía. También allí hay dioses.


Esgrafiados, Jünger


La nieve me recuerda a tí

El 29 de noviembre de 2017 sufrí una gran pérdida. Los meses que siguieron fueron angustiosos, tratando de asimilar y canalizar muchas emociones. Comencé a hacer fotos, sin mayor propósito que salir al bosque, andar, que me diera la luz y así tal vez encontrarme mejor. Tras un largo paseo, volvi a casa y observé una de las fotos que habia hecho. Sentí que era un autoretrato de mi misma, de mi estado en ese momento, de la vida en sí misma. Torcido, angustiado, el arbol luchando por sobrevivir en un complicado panorama. A través de los árboles, que son símbolo de vida, he buscado la diferencia, el error, lo torcido, la muerte, la pérdida. He ido retrtando árboles con los que sentía conexion emocional por compartir o sentir que compartía un estado similar.

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